No preparo la vuelta al cole aún - de hecho, sigo pensando en coser bañadores - pero tenía un retal de este softshell precioso y me pareció perfecto para coserle un estuche al peque.
Combiné con una cremallera reciclada, unos mini retales de tela de puntitos, una etiqueta-mariposa y un trocito de cinta.
El softshell es perfecto para estuches, no solo porque es algo consistente, sino que además no hace falta forrar el interior, y las costuras quedan muy limpias.
Para abrir más fácilmente la cremallera, una trenza de colores con una bolita de madera.
Una costura rápida y bonita, que al peque le ha encantado.
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