Soy fan de los pañuelos. Desde que empieza a refrescar, me tapo el cuello y no me lo destapo hasta el verano siguiente. Aunque aún vaya en tirantes.
Y verle el cuello destapado a los peques, ¡me da frío!
No me gustan las bufandas y pañuelos para los peques, los veo peligrosos, tantas vueltas al cuello.
La solución, de adicta a los snaps (ya me conocéis):
- doblar el pañuelo hasta que quede de la medida que queremos
- ponerle un snap para abrochar (*)
(*) Si la tela es fina, le podemos meter algún refuerzo entre las telas, donde pondremos el snap, por ejemplo un cuadradito de fieltro.
Así no se agobian, no les aprieta ni se les enreda, se pone en un segundo, y a malas aunque se enganchen el snap se abre.
Con el pañuelo y el turbante, el día que nevó. |
¡Pero cuántas buenas ideas!! Me encanta. Un besito.
ResponderEliminarMolt bona idea... però se'm fa estrany que li hagis posat un snap en lloc d'un botó amb "ojal", jejejeje
ResponderEliminarQue buena idea!
ResponderEliminarQue buena idea!! a ver si me hago con una maquina de snaps... veo que se usan para un montón de cosas...
ResponderEliminarUn saludo
M'encanta!
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