Me pidieron que cosiera camisones para mis sobris, para las fiestas del pueblo.
Tenían que ser blancos y van decorados con puntillas.
Para coserlos me dieron tela de sábana y puntilla antiguas. Es una maravilla usar estos materiales.
La tela es algodón grueso, se corta y cose fenomenal (excepto cuando hay muchas capas), tiene cuerpo y... se arruga con solo mirarla. Perdonadme las arrugas de las fotos, los cosí en el pueblo y no tengo plancha.
Tomé las medidas un poco a ojo, a partir de una camiseta infantil, y de ahí se lo probé a mis sobris y decidí cuánto había que cambiar para adaptarlo a las tallas de las otras.
Todos iban a ser de tirantes, con pliegues para darles volumen (me pasaron uno chiquitín, para que supiera qué aspecto tienen), y puntillas en el delantero.
El resto lo dejaron a mi gusto, así que los hice los 4 distintos, para que fuera más entretenido coserlos.
Delante hice más detalles...
... y las espaldas las dejé más sencillas.
A causa del grosor de la tela, prefería no rematar con vistas, sino simplemente pasando la overlock y haciendo un dobladillo simple. Queda pulido y además es más fácil.
Unos trucos para que crezcan con ellas:
Como queríamos que les duraran varios años, les hice los tirantes en dos partes, como si fueran un peto, y los cosí después, de manera que sea fácil descoser y sacarles.
Dentro tienen todo este extra para sacarle a los tirantes.
También tienen tela de sobra en los laterales (varias pinzas bajo el brazo, para poder ir descosiendo y ampliando), y un buen trozo en el dobladillo del bajo (cosido con puntada larga, para que sea más fácil sacarle).
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