Necesitaba unos agarraderos. ¿Qué mejor que aprovechar unos retalitos de los más pequeños?
El peque me los planchó y yo los fui uniendo un poco a lo loco, hasta conseguir el tamaño que me hacía falta.
Para el interior, unas cuantas capas de tela de camiseta que tenía para reciclar (estaba algo fea pero la guardé a propósito para esto).
Quedaron bonitos, prácticos y muy eco.
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